TEPALCATEPEC, LA ABDICACIÓN DEL ESTADO/ “Crímenes en negro. Florilegio de relatos policiacos” (Edit. Gandhi)
TEPALCATEPEC, LA ABDICACIÓN DEL ESTADO
Ricardo Guzmán Wolffer
Mientras las fuerzas armadas
desfilan ante el jefe del ejecutivo federal, para admiración de quienes ven por
primera vez a los distintos grupos castrenses de élite, algunos con equipos de
mimetismo, otros con armas de alto poder, en otras partes del país la falta de
esa presencia militar se traduce en que el Estado mexicano parece haber dejado
en manos de la ciudadanía la protección de los bienes jurídicos cuyo respeto es
la razón principal de cualquier Estado: la vida y la dignidad.
Los
reportajes sobre la situación en Tepalcatepec, Michoacán, no dejan
interpretación. Las autodefensas usan camionetas blindadas rústicamente, con
rifles de alto poder, guarecidos tras llantas apiladas en escondites precarios
para enfrentar la avanzada de los cárteles; luchan contra narcotraficantes con
mayor poder armamentístico y tecnológico. Los drones son parte de sus
herramientas de ataque (los cargan con explosivos para usarlos contra
ciudadanos); el terror es otra. Los entrevistados hablan de los delitos que
cometen esos narcos. No hace falta ser experto militar para ver que se
desarrolla una guerra civil. Mientras las fuerzas armadas marcharon por el
zócalo, la población en Michoacán busca defender a sus familias. Parece no
haber el mínimo control estatal sobre las armas de fuego; parece no haber el
mínimo intento de auxiliar a una población depredada a grados insospechados;
parece no haber mayor oportunidad para una ciudadanía que enfrenta salvajes
capaces de decapitar sin pudor alguno, para luego acosar a los familiares de
los muertos: secuestros y abusos parecen ser cosa común. Integrantes de la
Guardia Nacional han sido parte de las víctimas. Los encargados militares de
tal zona parecen no estar interesados en enfrentar a los Cárteles involucrados;
o, simplemente, no pueden. En los hechos, se ha abdicado ejercer el poder del
Estado.
Quizás
el desfile militar debía ser itinerante. Quizás concentrar una parte de todos
los cuerpos armados en lugares como Tepalcatepec para hacerlos caminar en las
zonas golpeadas por la violencia cada 16 de septiembre daría más sentido a la
multiplicidad militar y a su exhibición. Sin duda, son más necesarios ahí. Los
habitantes de otras partes del país también deberían poder ver a esos soldados
de gran presencia, a esos aviones que el pasado 16 cruzaron muchas veces el
espacio aéreo capitalino. La mera presencia de los militares da seguridad.
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EDITORIAL. Finalmente fue
vacunada contra el COVID la menor Zulma González García, junto con otros
menores que tenían una suspensión dictada dentro de un juicio de amparo. Pero
ello no sucedió en la forma ordenada en la suspensión de amparo: se desobedeció
un mandato judicial. Se cometió un delito federal que se castiga con pena de
prisión. No importa que se hubiera vacunado a la menor, el delito ya se había
consumado. Difícil suponer que actuará el Ministerio Público federal adscrito
al juzgado de distrito donde se ordenó la inmunización de la menor; más difícil
suponer que, aun con la denuncia y las copias del juicio de amparo, se haga una
consignación. Es otra faceta del grado de impunidad que existe en México, ahora
por parte de las autoridades de Salud que debieron obedecer la orden de un juez
federal.
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“Crímenes en negro. Florilegio de
relatos policiacos” (Edit. Gandhi) contiene nueve relatos de plumas conocidas
(Chéjov, Chesterteton, London, Poe, Stevenson, Wilde y más). Esta recopilación
nos habla de pequeños y mayores crímenes. La sorpresa no se pierde, pero
tampoco la evidencia de que la maldad humana es constante. Contrastan estos
relatos de robos y fechorías con el grado de violencia actual. Atrás quedan las
notas de delincuentes individuales. Hoy las células criminales arrasan
poblaciones enteras: conjuntos habitacionales y fabricas han cerrado. Si en
algunos de estos relatos hay una justicia metahumana, también hay una sociedad
que tiene claro el castigo para el transgresor.
Una
selección eficaz para evidenciar que grandes plumas como Wilde o Chéjov están
hermanados con otros autores no conocidos especialmente por su veta policiaca.
Más que recomendable.
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