LA CONSULTA INNECESARIA y reseña

 

“¿Quieres que Salinas, Peña y Calderón vayan a la cárcel?” dice la manta de la consulta popular. Más allá de la prescripción que hubiera en los delitos cometidos en el encargo de tales exfuncionarios, llama la atención que no se incluyan a Zedillo y a Fox en tal planteamiento. En todo caso, la denuncia que se presente en contra de todos ellos no requiere de una consulta. Cualquier persona puede denunciar un delito perseguible de oficio (art. 221 Código Nacional de Procedimientos Penales).

La lectura inicial de tal consulta es la desconfianza en las fiscalías o de políticos en general: los participantes dan por cierta la falta de intención para perseguirlos, por parte de quienes deberían hacerlo. Falta demostrar algún delito como para judicializar la carpeta y que se demuestre ante un juez hasta quedar como verdad legal.

Pedir que los exmandatarios vayan directamente a la cárcel es ilegal. Además, existe la posibilidad de que se les dé un trato privilegiado, donde, a cambio de información, útil o no, el procesado quede en reclusión domiciliaria. Son muchos obstáculos legales para encarcelar a los expresidentes.

Señalar a los expresidentes sirve para quitar responsabilidad a la actual administración. Es más fácil direccionar la incertidumbre y el enojo contra aquellos, y los investigadores y jueces que resuelvan con legalidad, que contra los actuales responsables de sacar el país adelante de la crisis sanitaria y sus derivaciones económicas.

 Tan notable ejercicio de participación (o catarsis) ciudadana puede desembocar en un desencanto mayor.

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“Iurisfictio”, edt. Libitum. México. Es un compendio de textos ficticios sobre el derecho compilado por Oscar Enrique Torres. En su mayoría con una intención didáctica, algunos con un dejo de denuncia, todos tienen algo que aportar a cualquier lector. No se necesita ser abogado para interesarse en los textos de académicos y juristas de México, Bélgica, España, India y más.

Los elementos esperados (los litigantes abusivos que piden dinero argumentando que lo pidió el juez; la obligación de contar con jueces imparciales, por ejemplo) conviven con textos de mayor complejidad narrativa, algunos con latinismos. Destacan los relativos a jueces de otros países, donde se advierten otras formas de organización judicial, de cabildeo judicial interno o de retiro para los jueces.

Nombres conocidos, como Cipriano Gómez Lara, o influencias históricas o cinematográficas en varios textos hacen de este libro un disfrutable ejercicio de introspección para quienes suponen que el derecho y lo judicial sólo afectan a quienes tienen un juicio o un problema jurídico por resolver.


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