BAJA CALIFORNIA Y LA INDEPENDENCIA JUDICIAL más reseña
BAJA CALIFORNIA Y LA
INDEPENDENCIA JUDICIAL
Ricardo Guzmán Wolffer
Con la resolución dictada en la
acción de inconstitucionalidad 112/ 2019 y acumuladas, la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) estableció como indebido el decreto realizado en
el Estado de Baja California para modificar la Constitución local, con el
efecto de que el gobernador electo continuara en el encargo por más tiempo del
planteado en la elección donde obtuvo mayoría de votos. Con tal resolución se
refrenda la independencia judicial y se demuestra la falta de concomitancia
política entre el máximo Tribunal nacional y el partido en el Gobierno Federal,
a pesar de la militancia del gobernador de Baja California, primero como
delegado federal y, luego, como gobernador.
La Suprema Corte dio la razón a los diversos
actores políticos que reclamaron mediante las acciones de inconstitucionalidad
acumuladas, la ampliación al periodo en el Poder Ejecutivo de la entidad. En la
sentencia reiteró su apreciación de que los derechos políticos-electorales
también son derechos humanos. Parte de la tramitación para la modificación
constitucional local se basó en una consulta popular, pero la Corte estableció
que la consulta realizada por el Congreso local no cumplió con las reglas del
referéndum constitucional local. Violaciones a los parámetros constitucionales
de certeza electoral, legalidad y de seguridad jurídica fueron invocados por el
máximo tribunal para resolver a favor de los accionantes (partidos políticos y
el anterior presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos), a partir
de que el proceso legislativo citado inició después de la jornada electoral
realizada y que la disposición normativa impugnada fue publicada después de
concluido el proceso electoral del Estado de Baja California. Hay una
retroactividad prohibida.
La legalidad se impuso sobre
consideraciones “de hecho” (que 2 años son insuficientes para un plan de
gobierno o que “la sociedad se hubiera puesto de acuerdo”). La certeza de que
quienes votaron por cierto periodo de gobierno vean respetada su decisión
incide en la confiabilidad de toda institución. Incluso, si el candidato participó
con vistas a un periodo preestablecido, no podría exigir uno distinto. También se
estableció que tal ampliación podía tomarse como una especie de reelección,
prohibida en la Constitución Federal.
Para quienes señalan la falta de
contrapesos en el escenario nacional, ante la mayoría legislativa del partido
fundado por el jefe del ejecutivo, esta resolución demuestra que el Poder Judicial
Federal sabe de derecho y no se atiene a cuestiones “de hecho”. Sobre todo,
esta resolución da esperanza al Consejo de la Judicatura del Estado de Baja
California al establecer que no hay actores políticos ajenos a los medios
legales y a juzgadores imparciales.
++++
“Ideas comprometidas. Los intelectuales y la política” de
Maximiliano Fuentes y Ferran Archilés (eds) de Edit. Akal, plantea una
situación siempre vigente que en cada administración existen matices distintos.
Si bien este libro habla de cuando los intelectuales eran quienes tenían acceso
a los medios de información y no a los de producción, hoy la relación se hace
más compleja ante un escenario de redes sociales en el que participan
ciudadanos “reales” y trabajadores de facciones políticas, logrando que la
dialéctica se influya de una negación rotunda que impide la síntesis de las
ideas y las partes. Los “ideólogos” del pasado y del presente luchan desde
trincheras irreconciliables en los hechos, a pesar de los manifiestos de unidad
y reconciliación. La militancia partidista ha eclipsado a los habitantes de las
ideas y la avalancha de información replantea las formas y los contenidos de
esos intelectuales que apuestan a vencer la resistencia del lector promedio,
incapaz de centrar su atención por más de unos minutos.
Un libo de teoría vigente y con
señalamientos históricos, como la división entre los escritores del boom
latinoamericano, mostrando los grupos formados por Vargas Llosa y Fuentes, por
un lado, con García Márquez y Cortázar por otro.
Un libro necesario para
comprender el aparente silencio de intelectuales contestarios y la mirada de
los políticos sobre las ideas y la cultura.
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