CORONAVIRUS VS JUDICATURAS
Ricardo Guzmán Wolffer

Mientras las noticias del virus dan la vuelta al mundo, mientras las redes sociales se abarrotan de notas en todos los sentidos, mientras el número de muertos por el virus empieza a ser referente entre las naciones ("Italia va a la cabeza, México está muy rezagado, pero los pobres gringos están subiendo muy rápido"), mientras las redes sociales nos piden que miremos hacia afuera del país o hacia nuestros políticos (donde los seguidores de AMLO lo defienden contra CUALQUIER denostación y los críticos, algunos muy gratuitos, otros más documentados, hablan en su contra), los problemas domésticos siguen. Algunos se han empeorado.

Los pagos de rentas están colapsando en el ramo mercantil. Muchas pequeñas empresas, especialmente de servicios personalísimos, están cerrando. Terapeutas físicos y psicólogos han dejado de recibir a casi el 85% de sus clientes. Así no hay forma de tener ingresos y así no habrá forma de pagar las rentas. Quizá sea el momento de comprar inmuebles o automóviles: con la caída de demanda, habrá reposicionamientos en la oferta.

Problemas laborales sobrarán. Es cosa de que abran las Juntas para que caiga la avalancha de demandas por los salarios no pagados, por los despidos injustificados y por los "supuestamente" justificados.

Problemas familiares, ni digamos. Hoy, 7.4.2020, es nota en varios periódicos que se ha disparado la violencia intrafamiliar.

En el ramo industrial se habla poco, pero el tema de las importaciones y exportaciones, con todos los filtros sanitarios, están en un periodo complejo. Y va para largo.

En todo esto, de pronto nos acordamos, brilla la judicatura por su ausencia. Excepto para trámites "urgentes", no están abiertos. En ningún lado y para ninguna persona. Si no se trata de alguno de los asuntos calificados como "urgentes" por las propias judicaturas (federal y estatales), no hay trámites. Entonces, ¿qué hacer? Inventar el hilo negro: conciliar hasta donde se pueda.

Los arrendadores deben tener claro que los comerciantes no pueden usar sus oficinas o bodegas por orden pública. Si no es de los ramos establecidos como prioritarios, deben cerrar. La privación del uso por causa de fuerza mayor es evidente. En el uso habitacional es distinto. Es evidente que se están usando los inmuebles de casa habitación. También por señalamiento oficial, quienes pueden deben estar en sus domicilios. Ahí claro que está en uso el inmueble. Que pueda haber dificultades en el pago es distinto, pero llegamos al mismo punto. Si hay problemas, hay que conciliar.

Habrá quien prefiera esperar a que vuelvan a recibir trámites los juzgadores. Pero en esta contingencia sanitaria no es posible abrir los tribunales y juntas, por el número de personas que suelen reunirse ahí. En un día regular, entran miles de personas a los recintos judiciales o administrativos. Imagínese un recuento sindical en oficinas pequeñas o enormes, la concentración (número de personas por metro cuadrado) sigue siendo inapropiada para evitar el contagio viral. Habrá quienes digan que entonces no son tan necesarios, que podrían cerrarse. No es exacto.

Así como habrá recuperaciones espectaculares en ciertos ramos, si las empresas saben hacer estrategias para no abrumar a los golpeados empresarios y consumidores; así como habrá una tanda de matrimonios, muchos pospuestos por la prohibición de casarse en el periodo de guarda, otros derivados de la necesidad de recuperar el tiempo perdido con el novio amado; así como habrá una tanda de divorcios por la separación de parejas que no resistió el encierro; así como los viajeros frustrados intentarán reponer los viajes perdidos. Así también habrá un cerro de nuevos juicios derivados de todos los problemas que no se pudieron resolver durante la cuarentena.

La judicialización está a la vuelta de la esquina. Los litigantes que dejaron de trabajar por el cierre de tribunales estarán preparando las demandas que los clientes les han pedido. Muchos trabajadores ya acudieron con un abogado para demandar el despido injustificado, con todo y los pagos que ya les hubiera hecho la empresa. Los problemas de arrendamiento ni se digan. Las notarias esperan con paciencia, sabiendo que sus trámites no los pueden hacer nadie más.

Incluso habrá litigios derivados de la propia pandemia. Los trabajadores muertos en el tiempo de trabajo o en camino al mismo o contagiados con motivo de ambas situaciones, tienen acción legal. El sector médico, infectado o no, podrá reclamar por distintas vías las consecuencias de la falta de protección por parte del patrón, sea particular o público. 

La delincuencia no ha bajado: se ha reasignado áreas de ataque, pero si hay alguien voraz en este país, son los delincuentes. No les importa depredar pueblos enteros, cerrar corredores industriales, en fin, acabar con la gallina de los huevos de oro. Como otro virus, atacan sin importarles que cuando no tengan a quién extorsionar, violar, robar, etc. también estarán expuestos al exterminio. Ellos suponen que se pueden mover fácilmente, que pueden acabar con los dueños de otras plazas. Mientras AMLO saluda a la mamá del Chapo Guzmán, la organización de este sigue trabajando con la misma eficacia que antes de la captura del Chapo. Tal vez muevan menos mercancía, pero las ganancias siguen siendo estratosféricas. Y los demás cárteles, igual. Si bien en proporciones mínimas (el grado de impunidad ha aumentado en esta administración), pero tendrán que darse detenciones. A nadie sorprende que se hable de contrabando de mascarillas de mala calidad, o de insumos para exámenes. Incluso se especula que ello sea la causa de las determinaciones en limitar la autorización para practicar las pruebas.

Las judicaturas, en tal escenario, deberán estar preparadas para el regreso a las labores. 






Comentarios

  1. Sin duda está crisis de Pandemia a nivel mundial traerá muchas consecuencias negativas en la vida de las personas que aún desconocemos en que terminara!!

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    1. Sin duda que, al menos indirectamente, todos seremos afectados. Para el gremio de los abogados, puede ser una gran oportunidad, pues se avecina una avalancha de juicios de todas las materias

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