CAMBIOS EN EL PODER JUDICIAL FEDERAL: LO CONOCIDO Y LO DESCONOCIDO
Ricardo Guzmán Wolffer
                Largamente anunciados por el Ejecutivo federal y por los Senadores, los cambios en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) se han dado desde el inicio de la actual administración, encabezada por el Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
                No sólo se hizo una disminución salarial a Ministros y Consejeros, también se redujeron plazas en el PJF. Los concursos para Jueces y Magistrados Federales se han modificado y, por primera vez, se hacen concursos exclusivos para mujeres. Todo esto se ha publicitado.
                Algunos cambios trascendentales apenas se conocen fuera del CJF. Las adscripciones de titulares se han modificado. Cada miércoles hay readscripciones, ya sea por quejas de litigantes o trabajadores, por posibles actos de nepotismo o corrupción o por conflictos de intereses, entre otros. Los cambios no son gratuitos. Se hace un estudio previo y, con independencia de las posibles responsabilidades administrativas o de otra índole (penal, laboral, etc.) se hace la readscripción. En muchos casos existen procedimientos disciplinarios o investigaciones sobre tales titulares.
                El CJF tiene el cuidado de no colocar un Magistrado señalado como corrupto para sustituir a otro señalado como corrupto. Ninguna utilidad tendría ese cambio. Se busca evitar el nepotismo de un Magistrado (comprobada o en vías de demostrarse), por ejemplo, sustituyéndolo por un titular sin esa característica. Son estos últimos los afectados, al menos temporalmente.
                Estas acciones han cimbrado a muchos Jueces y Magistrados, y más de uno optará por pedir licencia antes que dejar a su familia, ante el riesgo de trasladarla a zonas con altos índices de violencia.
                A las altísimas cargas laborales, los cotidianos riesgos de lidiar con delincuentes en todas sus variantes, el menoscabo de salud por jornadas laborales sostenidas y una vigilancia tanto del CJF como del personal a su cargo, Jueces y Magistrados añaden ahora la posibilidad de ser readscritos a otros estados de la República sin su solicitud y sin haber sido sancionados administrativamente. A lo que cabe añadir que, ni siquiera bajo el actual salario autoasignado por el Presidente de la República, con sus prestaciones, ningún juzgador gana más que el titular del Ejecutivo Federal.
                Los cambios en el Poder Judicial Federal son profundos. Incluso sin que lo mencionen senadores o diputados.
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“El Pluriverso de los derechos humanos” de Boaventura de Sousa Santos y Bruno Sena Martins (editores) de Edit. Akal, México, 2019, contiene varios ensayos sobre los derechos humanos (DH) y cómo deben verse desde nuevos ángulos.
                El discurso colonial de los DH, la dificultad de situarlos en todos los estratos sociales, muchos no considerados por carecer de exposición mediática y por no ser acogidos favorablemente en la academia son apenas algunos temas aquí expuestos. La categoría de lo humano y lo subhumano permea a esos derechos cuyas voces se interponen a la “monocultura del tiempo lineal”; la exposición del sufrimiento lucha contra el tiempo del olvido: las protestas cobran un significado mayor al de la relación sociedad-políticos. Se cuestiona “la obsesión por la resistencia y la creación de utopías” para buscar la negociación, social y conceptual de esos DH. Mientras el racismo subsiste como gen social, nunca individual, éstos buscan nuevos caminos para su comprensión y difusión.
                Un texto notable para la asimilación consciente de aquello que nos es inherente.
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EDITORIAL

Ninguna otra entidad pública resiente más la falta de información y el discurso público que el Poder Judicial Federal. Se le califica mal por políticos.
                En el Consejo de la Judicatura Federal, dejan el cargo los consejeros Pérez Daza y Borrego Estrada, enviados por el Senado. El primero informó la existencia de 9849 procedimientos de responsabilidad administrativa de 2014 a la fecha. Únicamente hubo 247 sancionados: el 2.5%.
                El pasado 5 de este mes, en este diario se informó que, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (Envipe) 2018, 7 de cada 10 mexicanos piensan que los jueces son corruptos y 45%  tiene poca o nada confianza en ellos.
                La realidad del 2.5% de funcionarios sancionados choca contra la percepción pública del alto grado de corrupción judicial. Además, de ese 2.5%, no todas las sanciones son por conductas graves, que ameritaran el señalamiento de corruptos; son errores y omisiones administrativos.
Los jueces federales son confiables.

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