LA JUDICATURA DE LA CDMX: LA
ILEGALIDAD LEGISLATIVA
Ricardo Guzmán Wolffer
Las leyes contienen el ideario de
los legisladores. Que los proyectos insertos en la ley sean viables, debería
ser parte del proceso legislativo. De lo contrario, las normas terminan por
deslegitimar la actuación de la autoridad. Como sucede en el Consejo de la
Judicatura de la Ciudad de México.
La
Constitución Política de la CDMX y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la CDMX
establecen textualmente que el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de
la Ciudad de México no puede ser el Presidente del Consejo de la Judicatura de
la propia ciudad. El Consejo de la Judicatura debió iniciar funciones con la
citada restricción desde el 1 de octubre de 2018 y, el Consejo Judicial
Ciudadano, del cual debe emanar quien presida el Consejo de la Judicatura
local, debería estar constituido el 31 de diciembre pasado (11º transitorio
Constitución local). Sin embargo, tanto el Tribunal como el Consejo de la
Judicatura capitalina funcionan con el mismo presidente; del Consejo Judicial Ciudadano
ni se habla, quizá por su ausencia. En un momento donde el Poder Judicial se
encuentra en la mira de legisladores y del Ejecutivo federal, es medular que el
Poder Judicial de la CDMX actúe con absoluto apego a la legalidad. El riesgo
mayor es que los actos del Consejo de la Judicatura local puedan ser anulados:
nombramientos, adscripciones, sanciones administrativas, creación y cancelación
de plazas, por lo menos, pueden ser reclamadas en otras instancias bajo el
argumento de que la integración resolutora es contraria a la Constitución
local. De ahí a la arista penal de quienes actúan sin facultades hay un paso.
Al
final, los afectados son los usuarios del servicio público de administración de
justicia. Lo resuelto por un juez nombrado indebidamente es nulo. Eso puede llevar al colapso judicial.
Si uno de los
motivos para que en la Constitución local se asentara la división orgánica
entre la presidencia del Consejo y la del Tribunal, fue que la ciudadanía
tuviera acceso a los cargos donde se decide el quehacer judicial en su fase
orgánica interna, debe exigirse la convocatoria y ejercicio del dicho mandato
para que se actúe en el Consejo conforme a las leyes citadas. Los ciudadanos
deben estar preocupados.
RECIENTEMENTE (junio de 2019) la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró ilegales muchas partes de la constitución local de la CDMX
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CORAZÓN DE PERRO de Mijail Bulgákov
(Edit. Lectorum), es una obra forzosa en estos tiempos donde los intereses sociales
parecen chocar con algunos particulares. La historia trata del endocrinólogo
que inserta en un perro ciertas glándulas de un criminal recién muerto, pero el
animal, en lugar de no envejecer, se convierte en hombre. Con un humor
implacable, el autor habla de la naturaleza del burócrata: abusivo con los de
abajo, obediente con los de arriba. “¿Qué es la libertad? Un absurdo delirio de
esos demócratas infelices”. En el disfrazado caos de la burocracia, ¿qué hace
persona a ese perro inteligente antropomorfo? ¿Sus derechos o su pícara
capacidad de no cumplir con sus obligaciones?
Bulgákov muestra cómo los cambios
sociales superficiales son el prefacio a la destrucción por parte de esos
políticos que no entienden el propósito de su función.
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